¿Por qué apostarle a la revocatoria?
El actual alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa publicó el año pasado su Plan de Desarrollo, el cual gira alrededor de tres pilares fundamentales: Igualdad en calidad de vida, Democracia Urbana y Construcción en comunidad, al igual desarrolla los ejes transversales de su política, los cuales son: Nuevo ordenamiento territorial, Desarrollo Económico, Sostenibilidad ambiental basada en la eficiencia energética y Gobierno legítimo, fortalecimiento local y eficiencia. Lo cual tiene como fundamento una Bogotá “mejor para todos”. Sin embargo, pasado un año desde su posesión se puede observar cómo nuestra ciudad ha pasado por un periodo en donde los intereses de varios sectores populares se han visto desprotegidos y vulnerados.
En primer lugar se encuentra el caso de los vendedores informales, es posible visualizar la manera en que el alcalde concibe a las poblaciones que poseen un mayor grado de vulnerabilidad debido a su condición socioeconómica, ya que en vez de realizarse una política pública integral y social a partir del trato digno y el mínimo vital al que tienen derecho los trabajadores, como ya lo ha argüido la Corte Constitucional en repetidas ocasiones[1], Peñalosa se ha inclinado por desalojarlos del espacio público sin tener en el horizonte ninguna política social respecto al caso.
Esta problemática resalta el papel autoritario y opresor que ha tenido la alcaldía para asumir las problemáticas sociales de Bogotá, las cuales han surgido a partir de la escasa oferta laboral y la limitada protección que poseen los trabajadores informales respecto a sus derechos fundamentales. Una Bogotá mejor para todos debe concebirse a partir de la dignidad humana, la cual se ve gravemente afectada si no se garantiza el efectivo desarrollo del trabajo a través de una política democrática que integre los intereses de los sectores más desfavorecidos.
En segundo lugar, la educación es un pilar fundamental en la sociedad, y es claro que se debe desarrollar a partir de los intereses de los estudiantes, profesores, padres de familia y de la ciudad como tal. Es decir, esta debe ser concebida a partir de un proyecto democrático donde las personas sean su base y objetivo. Sin embargo y a pesar de que la alcaldía base su plan educativo a partir de la calidad, el acceso y la permanencia[2], Peñalosa ha estructurado su política a partir del favorecimiento de grupos particulares, incluso, acosta de la educación pública. Esto se puede evidenciar a partir del perjuicio que recibiría la educación superior del distrito por la consiguiente venta de las acciones de la ETB.
Esto se debe a que la enajenación del 86.4% de las acciones de la ETB que posee actualmente la alcaldía de Bogotá[3] representaría una gran afectación para la Universidad Distrital debido a su condición de socio minoritario (actualmente posee el 2%). La Universidad no tiene influencia en las decisiones fundamentales de la empresa por lo que, al enajenar la participación mayoritaria del distrito al sector privado, se estaría dejando en un limbo los intereses de la Universidad a costa de la administración privada, debido a que las decisiones, como la repartición de dividendos, estarían bajo la discrecionalidad de los nuevos socios mayoritarios, los cuales previsiblemente privilegiarían sus intereses económicos en vez de la educación pública. Esta circunstancia podría tener consecuencias adversas para
Igualmente cabe rescatar que ETB es una importante fuente de ganancias para el distrito, y aunque su venta sea para la “construcción de hospitales y colegios” como reitero el actual alcalde en el cabildo abierto realizado el pasado 28 de febrero, su actual Plan de Desarrollo estima que el 51,7% de los fondos del distrito serán destinados para el pilar de Democracia Urbana[5], el cual consiste en incrementar el espacio público y en gran medida, para financiar la infraestructura de Transmilenio, por lo que la postura del distrito respecto a la educación pública se evidencia enormemente alejada de los pronunciamientos oficiales.
A partir de analizar estas dos problemáticas (la educación y la política social) se denota como la alcaldía de Peñalosa, en vez de pensarse una ciudad mejor para todos, está perjudicando a los sectores económicamente más desfavorecidos al relegar sus intereses ante el capital privado y ante un Plan de Desarrollo que no se elaboró a partir de las imperantes necesidades sociales de Bogotá. Estos sucesos evidencian una gran afectación a lo que democráticamente debemos pensarnos como ciudad, por esta razón, la revocatoria debe ser la expresión de los ciudadanos que anhelan una Bogotá distinta.
[1] T-386/13, T-334/15
[2] Pag. 129 del Proyecto del Plan de Desarrollo Bogotá 2016-2020
[3] http://www.etb.com.co/corporativo/Inversionistas/#eac
[4] Participación de la Universidad Distrital en la ETB Publicado: 2016-05-20 Descripción: Bogotá, 20 de mayo de 2016. https://www.udistrital.edu.co/novedades/particularNews.php?idNovedad=6021&Type=N
[5] Art 120 del Proyecto del Plan de Desarrollo Bogotá 2016-2020