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La hipocresía en los tiempos del Uribismo


En la historia política de Colombia, según muchos científicos sociales, no había existido una oposición tan fuerte como la que ejerce el Centro Democrático frente al gobierno del presidente Santos, tanto así que se da un fenómeno donde los distintos actores políticos tienen visiones radicalmente distintas de lo que debería ser el país. Esto se refleja, principalmente, en la forma de tratar las cuestiones relativas a la distribución de la tierra y la manera de solucionar los conflictos con los distintos grupos armados presentes en el territorio nacional.


Es así como la ultraderecha Uribista, entre otras cuestiones, se ha encargado de alzar las banderas de la protección a la propiedad privada y al Estado de derecho, que consideran que fueron negociados en la Habana, pero por si fuera poco, últimamente se han encargado de luchar por la correcta administración de los recursos públicos de la Nación, tanto así que el 1 de abril del presente año convocaron a miles de colombianos a las calles para mostrar su inconformismo con la corrupción que ha ensuciado a este gobierno.


Resulta paradójico que uno de los líderes de la marcha fuera un político como Álvaro Uribe, teniendo en cuenta que la mayoría de sus ministros y viceministros están siendo investigados o, incluso, como en el caso de Andrés Felipe Arias, han sido condenados por casos de corrupción mientras ejercían sus funciones. Lo mismo podemos decir del ex procurador Ordoñez, otro líder de la movilización, quien a pesar de haber sido destituido de su cargo por comprar su reelección salió a marchar contra el gobierno corrupto de Santos (en sus propios términos).


Vemos pues, como se contradicen estos políticos y como buscan confundir a un pueblo lleno de temor y polarizado, precisamente, gracias al discurso hipócrita y populistadel que se sirve la derecha radical, quienes toman como ejemplo a otro país para obtener beneficios políticos, quienes satanizan, junto con algunas Iglesias, a los servidores públicos miembros de la comunidad LGTBI con el argumento de que desde su posición de mando, establecerán una ideología de género en las escuelas del país, quienes, además, consideran que la titulación de los predios rurales a los campesinos no es una opción viable para el desarrollo del campo.


Entonces el llamado es la sociedad colombiana, sobre todo a la sociedad política, es decir, aquella que participa y vota, para que hagamos un análisis de quienes son nuestros líderes, cuáles son sus cualidades humanas y concluir con claridad qué es lo que quieren para el país, si su beneficio propio o el beneficio común.


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