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“El Departamento de Filosofía e Historia del Derecho permite ir más allá del dogmatismo”

Entrevista a Carolina Olarte Bacares


J.F.G.J: ¿Quién es Carolina Olarte Bacares?


Creo que soy una convencida fundamental de la importancia del compromiso social y del compromiso político que tenemos con el mundo y con el país. Mi generación -y probablemente más la tuya- nació en un momento en donde hablar de un mundo global era algo más sencillo que unos años atrás. Nacimos en un país y en una región, que tiene unos compromisos muy importantes para hacer realidad ese sueño de globalidad. Creo que en ese contexto me formé, y eso define gran parte de mi carácter. Al mismo tiempo, siento una deuda muy grande con el lugar en donde estoy en este momento, es decir, con la Facultad. Pero esto también lo traslado al aspecto personal, a mi vida como mamá, como esposa, como hija, como hermana, etc. Así mismo, tengo unas particularidades relacionales que hacen que trate con diplomacia muchos aspectos, que si los analizo desde mi perspectiva doctrinal probablemente habrían sido unos irrenunciables, unos indiscutibles. Pero digamos que logro asumir ese rol diplomático a la hora de entrar a hacer negociaciones y creo que eso le será útil al Departamento de aquí en adelante.


J.F.G.J: ¿Cómo ha ligado sus paradigmas de vida con su horizonte profesional?


Yo pienso que hoy en día el Derecho Internacional requiere de muchos cuestionamientos y re-direccionamientos. Desde el momento en que empecé a estudiar esta especialidad del Derecho así lo entendí, y esto me llevó a indagar en mis estudios de maestría no sobre aspectos clásicos y eurocéntricos del Derecho Internacional –que era lo lógico por el lugar en donde fui a realizar mis estudios, que fue a Estrasburgo–, sino por el contrario sobre aspectos un poco más trasnacionales e identitarios. Analicé por ejemplo la influencia que tenían los jueces del tercer mundo ante la Corte Internacional de Justicia y esto me abrió un panorama más amplio del Derecho Internacional, entendido como una especialidad del Derecho que se inserta dentro de una comprensión mucho más global de la Ciencia Jurídica. Esto último de alguna forma traté de replicarlo a lo largo de los años que trabajé como Profesora de planta antes de iniciar mis estudios de Doctorado, siempre tratando de ubicar la articulación entre distintas áreas del Derecho y teniendo como norte la protección de los derechos humanos.


Así mismo, bajo ese horizonte me interesé mucho por los temas de Derecho Internacional Económico, Inversión Extranjera, Comercio Internacional y Derecho Internacional Privado. Todo esto me permitió madurar, a lo largo de los años, el tema que decidí trabajar en mi tesis de Doctorado, que fue la articulación entre la inversión extranjera y los Derechos Humanos; siempre desde una perspectiva muy local, de la situación reflejada en América Latina. Entonces creo que esa necesidad de entender la Ciencia Jurídica también en su dimensión global hizo que no asumiera el Derecho Internacional como una especialidad “compartimiento estanco”, sino como uno de los mecanismos que permite la articulación de las distintas áreas del Derecho, arrojando como resultado lo que vamos a ofrecer ahora en nuestro énfasis de Justicia Social, que es una asignatura sobre Derecho Transnacional y Desarrollo Equitativo. Entonces, de alguna manera ese es el resultado hacia el que confluye ese hilo que maneja tanto mi percepción del Derecho como mi percepción de la vida.


J.F.G.J: ¿Por qué es importante el Departamento de Filosofía e Historia del Derecho en la formación del abogado y de la abogada Javeriana?


C.O.B: Yo creo que este Departamento es medular en la Facultad por muchos aspectos. En primer lugar, porque el núcleo fundamental de las asignaturas que cursamos como estudiantes de la Facultad tienen una repercusión directa sobre todas las demás asignaturas y sobre la formación jurídica en particular. Desde el punto de vista sustancial, creo que es innegable la importancia del Departamento, ya que ustedes abordan asignaturas relacionadas con la Historia del Derecho, la Teoría Jurídica, la Introducción al Derecho, entre otras, que les permiten ir más allá del dogmatismo, les permiten asumir sus conocimientos jurídicos y su función como profesionales del Derecho con una perspectiva mucho más amplia, con una perspectiva crítica, con una perspectiva abierta y permeable a distintos factores –incluso externos a la Ciencia Jurídica– que van a tener que involucrar en su ejercicio profesional. Por tanto, desde lo sustancial el rol del departamento es fundamental.


Adicionalmente, considero que en el desarrollo de la actividad profesional del abogado y de la abogada, cualquiera que sea esta, las habilidades que ustedes pueden aprehender en el Departamento son fundamentales; por habilidades me refiero a la Argumentación Jurídica, a la Investigación en Derecho y alas actividades que les permiten desarrollar litigio de interés público a través de la Clínica Jurídica. Creo que estos también son aspectos cruciales en la formación jurídica.


Finalmente, me parece que este es un Departamento que le permite a los estudiantes desarrollar cualquier interés que tengan, independientemente de su afiliación en alguna especialidad del Derecho. Es decir, hay asuntos del Derecho Privado que se pueden ver en el Departamento a través no solo de las asignaturas, sino también de las actividades que proponemos y de la investigación que se desarrolla. Esto, en conjunto, hace que el Departamento sea medular no solo para la Facultad, sino también para la formación integral del abogado.


J.F.G.J: ¿Cómo cree que el Departamento de Filosofía e Historia del Derecho puede mostrarse como un referente profesional, intelectual y estético para los y las estudiantes?


Tú tocas tres puntos que son fundamentales y que han sido objeto de innumerables discusiones y reflexiones en el Departamento; no solo desde ahora, sino desde hace tiempo atrás. Creo que el Departamento sufre de un karma, que es una cierta estigmatización. Una estigmatización que obedece en muchas ocasiones a filiaciones políticas, las cuales suelen ser superficiales y ficticias. Son preconceptos y prejuicios que ven respecto del Departamento, que yo creo responden también a los asuntos centrales de las discusiones que aquí llevamos a cabo, las cuales están asociados a temas de Justicia Social y Derechos Humanos. Pero creo que eso no es una problemática solamente del Departamento, sino que es una problemática del País. No diría que es una problemática global, pues hay muchos otros lugares en donde estas ideas no están ligadas a una tendencia política específica. No obstante, durante muchos años en el país estuvo en el “fuego cruzado” un discurso político perverso y manipulador, y eso infortunadamente tiene consecuencias: tales como la estigmatización de un Departamento como el nuestro. Ahora, pienso que es una estigmatización infundada, pero no por ello eso quiere decir que el Departamento no deba hacer nada al respecto.


En cuanto a la capacidad del Departamento para crear referentes en los estudiantes –role models–, creo que éste tiene una dificultad que debe superar, y es que los profesores que tenemos no son profesores que están ventilando constantemente a qué se dedican, o qué están haciendo. Pero creo que hoy en día hay que mostrarlo de manera mucho más directa, porque la mayoría de los profesores del Departamento fueron profesores que se formaron acá. La gran mayoría fueron estudiantes de la Universidad que hicieron parte de los grupos de investigación, que se vincularon al Departamento de una forma u otra y han venido en un proceso de formación muy juicioso. El problema es que al ser personas que sentimos tan “de la casa”, pensamos que no hay necesidad de contar cual ha sido su trayectoria y en qué están involucrados en este momento. Sin embargo, si hacemos un barrido de las ocupaciones de los profesores del Departamento, vamos a encontrar que por ejemplo, en la coyuntura relacionada con los Acuerdos de Paz, ¡los tenemos en primera fila! Están en el Estado ayudando a la conformación e implementación de estos acuerdos de Paz, están en ONG’s haciendo presión para que ciertos aspectos sean tenidos en cuenta en los acuerdos. Por ende, esta visión hace parte de una responsabilidad que tenemos como Departamento.


Por otro lado, estamos implementando unos correctivos que van a poder apreciar al final del semestre. Básicamente, hemos tratado de utilizar las nuevas formas de comunicación para llegarle mucho más a los estudiantes: la página web, vamos a organizar ciertos foros, etc, etc. Lo ideal es que con todo esto podamos mostrarles a los estudiantes qué están haciendo nuestros profesores, para que así, de esa manera, puedan ellos emular su trayectoria y su labor profesional.


Desde el punto de vista estético –me parece curioso, pero no me parece infundada la inquietud-, creo que estamos presos de una sociedad muy “encasilladora”, muy restringida y demasiado formateada. Por tanto, todo lo que se salga del formato nos cuesta trabajo analizarlo desde lo sustancial: lo miramos siempre desde lo superficial. Todo esto para decirte que en el Departamento contamos con una ventaja, y es esa diversidad tan grande que le presentamos a los estudiantes y a la comunidad académica. Una diversidad que influye en lo estético, y que de alguna forma u otra permite que muchos estudiantes también puedan verse identificados y no necesiten “acartonarse” y verse obligados a entrar dentro de unas “categorías sociales” superficiales que se han atado a la profesión jurídica. Nuestra responsabilidad debe estar en mostrar esto como un plus, como una ventaja. Vivimos en una micro-sociedad, aquí hay estudiantes del programa Ser Pilo Paga, por ejemplo; entonces creo que no le hemos dado la suficiente relevancia a esas realidades, hay que sacarles mayor provecho, ciertamente convivimos en una Facultad cada vez más diversa.



En cuanto a la marginalidad de la investigación, creo que no es un tema que aqueje exclusivamente al Departamento, creo que es un tema de dolor nacional, pues entramos muy tarde a la profesionalización y sofisticación de la investigación en el país. En ese sentido, el mundo entero nos lleva años luz en cuanto a la investigación en Derecho –para ser más específicos-. Así mismo, la profesión de “Profesor” es algo muy reciente, yo fui por ejemplo una de las primeras profesoras investigadoras de la Facultad, y estamos hablando de tan solo 13 años atrás. Entonces es algo muy nuevo que de alguna forma u otra justifica que no se entienda muy bien la importancia de la investigación. Ahora, eso no quiere decir que podamos quedarnos de brazos cruzados esperando que el curso de los años nos dé la razón. El Departamento debe asumir responsabilidades y debe tomar decisiones efectivas en el corto plazo. En esto, considero que la visibilidad de la investigación y la conexión de la investigación con el “mundo real” –aun cuando esa palabra no me guste– debe hacerse mucho más fehaciente para los estudiantes.



J.F.G.J: En ese orden de ideas, ¿cuál cree usted es la importancia de la Crítica en la formación Jurídica y en el ejercicio profesional del abogado?


C.O.B: Yo creo que la crítica es una orientación necesaria por el contexto en el que vivimos y por la Ciencia que estamos analizando. Siento que el Derecho está sufriendo cambios importantes, está viviendo un momento de transición, y todos los modelos de transición requieren de reflexiones mucho más profundas que incorporen saberes externos. Cuando hago referencias a estos cambios, me refiero a la cultura, a la sociedad, a la tecnología, a la economía. Por eso creo que fomentar en los estudiantes una perspectiva crítica –no necesariamente ligada a una corriente teórica- y una visión amplia del Derecho, es importante y necesario para el momento que estamos atravesando.


Durante muchos años estuvimos absorbiendo mucho Derecho proveniente de otros horizontes. No obstante, pienso que ya pasamos esa etapa, hoy en día lo que debemos hacer es reflexionar acerca de esa absorción y ver cómo la podemos integrar de manera correcta, cómo podemos proponerla desde nuestra propia realidad. En esto, estoy segura de que una visión crítica es absolutamente necesaria.


Por último, estimo que la Facultad les ofrece a los estudiantes unas herramientas que les permiten tener esa visión crítica, pero estoy convencida de que parte de ello sale no solamente de la práctica jurídica, sino también de la investigación. En la investigación hay una labor muy profunda y muy sofisticada sobre las bases del Derecho, sobre las perspectivas del Derecho y sobre los fundamentos del Derecho, y considero que es desde allí donde los estudiantes pueden encontrar los insumos para tener una visión crítica.


Estamos llegando al final de nuestra entrevista… Voy a proponerle una serie de preguntas y espero que me pueda responder de manera muy sucinta…


J.F.G.J: ¿Un Referente Jurídico?


Sin duda alguna, diría que siento una gran admiración por Thomas Buergenthal. Thomas Buergenthal fue Juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y Juez de la Corte Internacional de Justicia. Es una persona que tiene una visión del Derecho absolutamente humanística, y una persona que tiene un sentido de la responsabilidad social impresionante. De igual manera, ha sido árbitro y abogado en casos relacionados con inversión extranjera, y es una persona que se mueve muy bien en las distintas áreas del Derecho. Al mismo tiempo, todas estas cualidades se acompañan de una experiencia de vida invaluable: es uno de los pocos sobrevivientes de Auschwitz. Por ende, es una persona tremenda desde el punto de vista profesional y humano.


J.F.G.J: ¿Un Referente Político?


En mi juventud me sentí muy permeada por el Movimiento de la Séptima Papeleta y sus líderes. Vi en este Movimiento, un movimiento reformatorio, un movimiento revolucionario, un movimiento comprometido y un movimiento propositivo.


J.F.G.J: ¿Un Libro?


Me fascina la literatura histórica, y uno de los libros que me disfruté muchísimo –también por el momento en que lo leí: cuando estaba realizando mis estudios de maestría-, es un libro escrito por Jung Chan que se titula Cisnes Salvajes. El libro narra la vida de tres mujeres de distintas generaciones –Abuela, Madre e Hija- durante la historia del Siglo XX en China, en especial, durante el proceso de la Revolución Cultural.


J.F.G.J: ¿Una Película?


El cine italiano me apasiona mucho, viví en Italia cinco años y pude conocerlo de primera mano. La película Cinema Paraíso me fascina, me encanta como película; desde lo estético, desde lo fotográfico, desde lo musical. En fin, me parece una película maravillosa.


J.F.G.J. Doctora, si pudiera tomar su pocillo de agua aromática y brindar por algo, ¿por qué brindaría?


Brindo por la consecución real de la paz en nuestro país. Ojalá que esto se pueda materializar.


¡Salud!



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