La Colosa: “el agua y la vida, valen más que el oro”
El precio del oro ha sufrido una gran escalada en años recientes. Como resultado del clima propicio a los inversores, promovido por las políticas de seguridad democrática del Gobierno colombiano, las multinacionales han conseguido derechos de minería en extensas áreas del país. Muchas de las áreas que comprenden los proyectos mineros hacen parte de los parques nacionales y tierras habitadas por comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas. Los efectos no sólo van a ser de estirpe ambiental, sino que a su vez, las comunidades que allí habitan perderán el único sustento económico que ostentan para su supervivencia.
La compañía Anglo Gold Ashanti (AGA), que cotiza en la bolsa de Londres, es el tercer mayor productor de oro del mundo y una de las principales compañías mineras que opera en Colombia. Enriquecida durante la era del Apartheid en Sudáfrica, se le concedió el premio de Greenpeace “Public Eye Award” por ser la compañía más irresponsable del mundo debido a sus deplorables actuaciones en términos de derechos humanos y agresiones al medio ambiente en Ghana, un país donde dicha empresa ha venido operando durante muchos años. Anglo Gold Ashanti también ha sido acusada de tener vínculos con los grupos paramilitares en Colombia, el particular con los del sur de Bolívar y del Cauca, y en la República Democrática del Congo. Así mismo, se le han imputado cargos por abuso de la fuerza a su seguridad privada en Ghana.
La Colosa es un proyecto de mine-ría de Anglo Gold Ashanti en Caja-marca, Tolima el cual, salvo que sea detenido, se va a convertir en la mayor mina de oro a cielo abierto de Sudamérica. La mina se localizaría en un área de reserva forestal de gran biodiversidad. Cajamarca es un importante distribuidor agrícola para todo el país y por tanto de gran importancia para la seguridad alimentaria de los colombianos.
El uso de enormes cantidades de agua para el funcionamiento de la mina significa una disminución notable en la disponibilidad de agua para el riego de cosechas. Así mismo, en la cantidad de agua potable para la población. El proceso de lixiviación, utilizada para la extracción del oro del mineral bruto, emplea cianuro, un producto químico altamente tóxico que inevitablemente contaminará los recursos acuíferos y destruirá la vida acuática. Igualmente, la zona se caracteriza por tener valles encajados entre altas pendientes, lo que significa que tiene un alto grado de posibilidades de padecer terremotos, así como fuertes lluvias y desplazamiento de terreno, lo que supondría la ocurrencia de accidentes tales como vertidos desde piscinas de drenaje, muy comunes en proyectos de minería. Lo anterior puede generar repercusiones devastadoras para las comunidades locales. A pesar de todo ello, el proyecto ha conseguido el permiso gubernamental para iniciarse.
Cuando culmine el proyecto la empresa se irá y con ella millones de dólares en utilidades, dejando atrás incontables problemas sociales de violencia, prostitución, falta de trabajo, encarecimiento del costo de vida y los alimentos, cambio en la vocación productiva de nuestras comunidades, pérdida de la seguridad alimentaria y problemas ambientales, por los cuales evidentemente no responderá.
La Colosa es tan sólo el inicio de una sobreexplotación ambiental, ya que existen otros proyectos en Ibagué, Líbano, Santa Isabel y Ataco, cuyo impacto tendría como efecto principal la afectación –y probable exterminación– de ecosistemas estratégicos, además del esparcimiento de problemáticas sociales a diferentes zonas vecinas del departamento del Tolima.
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